El tratamiento farmacológico tiene la propiedad de disminuir rápidamente los síntomas característicos de la enfermedad, buscando que el paciente retorne a su estado mental normal. Este tratamiento debe ser permanente, pues la mayoría de estas enfermedades son crónicas y con riesgo de recaída si se abandona la medicación.
Y existen diferentes tipos de tratamientos adicionales como las terapias psicosociales, con medidas dirigidas una al paciente y otras al entrono en el que éste se desenvuelve como la familia y la comunidad.