Mientras camina por los senderos internos de los jardines, cuenta que sus días laborales en el hospital cesaron el 11 de agosto de 1987. Mira hacia el firmamento y posa su mirada en las ramas altas de una palmera que sembró, y que es uno de los tesoros que lo unen de corazón al hospital donde trabajó diez años repartiendo su tiempo entre trabajos de jardinería y oficios varios.
Por su memoria pasan los recuerdos de momentos históricos y personajes inolvidables: la celebración del Centenario del hospital en 1978 y los nombres de los compañeros jefes Fabio Zuluaga Henao, Manuel Álvarez, el doctor Echeverri… Don Mariano se deja invadir de la emoción para hablar del hospital, para agradecer la oportunidad que le dio la vida de dejar aquí su huella y su legado verde. “Al hospital lo quiero mucho”. Agradece a directivos y empleados de hoy por mantener viva la entidad.
Se deja ir por uno de los pasillos laterales del jardín y entre abrazos y bromas se mezcla con otros jubilados que llegan a reunión. Gracias a la savia que estos hombres y mujeres le inyectaron años atrás al HOMO, es que la salud mental está más cerca de ti.