Alimentación Equilibrada
Una alimentación equilibrada es esencial para el desarrollo óptimo del organismo en cada etapa de la vida y para prevenir deficiencias o excesos nutricionales, lo que contribuye a llevar una vida activa y productiva.
La dieta debe ser variada y tener en cuenta no solo los nutrientes sino también otros componentes alimentarios como la fibra, el betacaroteno o sustancias fotoquímicas presentes en los vegetales que influyen en la prevención de algunas enfermedades.
La elección de alimentos no sólo depende de las necesidades energéticas, también influyen otros factores como son la disponibilidad de los alimentos, la situación económica o las tradiciones culturales o religiosas.
También debemos tener en cuenta que la alimentación representa el placer y el compartir, por eso a la hora de elaborar dietas saludables debemos valorar que contribuyan a mantener el placer por la comida.
Actividad Física
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas nos mantengamos físicamente activas durante toda la vida. Según el tipo, la intensidad y la duración del ejercicio físico se consiguen diferentes resultados de salud.
Como recomendación general podríamos plantear una actividad física de intensidad moderada al menos durante 30 minutos casi todos los días, como caminar de forma rápida, pedalear o nadar.
Con estos gestos conseguimos importantes beneficios para la salud, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes. El ejercicio físico también contribuye a fortalecer la musculatura, mantener el equilibrio y por lo tanto reducir las caídas.
En la enfermedad mental se sabe que el ejercicio físico aporta numerosos beneficios: reduce los síntomas de ansiedad, de angustia y fatiga y mejora el sueño aumentando la sensación de bienestar.
Además existen estudios científicos que demuestran que la realización de ejercicio físico protege contra los síntomas de la depresión y la disminución cognitiva asociada al envejecimiento.
Algunas recomendaciones sobre alimentación equilibrada y actividad física para personas con trastorno mental grave
Equilibrar la ingesta habitual y la actividad física para mantener un peso corporal adecuado.
Aumentar el consumo de frutas y verduras.
Evitar alimentos con alto nivel de azúcares y grasas (bebidas azucaradas,
Aumentar el consumo de agua (1-1,5 litros al día).
Mantener un horario regular de comidas.
Evitar la ingesta de alcohol.
Mantener una higiene buco-dental adecuada.
Evitar el consumo de tabaco.
Controlar el consumo de café.
Llevar una vida activa lo más saludable posible: Caminar, nadar, bailar, practicar deporte colectivo: fútbol, baloncesto, tenis y realizar ejercicios de relajación/respiración.
El incorporar hábitos de vida saludable, no solo en los enfermos mentales, sino en toda la población ayuda a:
Mejorar la calidad de vida.
Prevenir enfermedades cardiovasculares.
Crear hábitos.
Y en el caso de las personas con enfermedad mental mejora la eficacia de los tratamientos.
Tomado de: http://www.zonahospitalaria.com/